A Camila Rosales debí manyarla de toda la vida…pero ironías del destino recién la conocí en la Universidad.
Si pues, la conozco desde el tercer ciclo de letras, ella recién estaba empezando el 2do ciclo y coincidimos en el curso de Estadística que es hasta ahora un requisito para pasar a Contabilidad. Además de ella, conocí a Andrea, la más “intelectual” de los tres. A primera vista, me pareció una chica “de armas tomar” por su cara de malvada (como las de las novelas). Sin embargo, es simpática y luego al pasar a Conta repare que no era mala. Es todo lo contrario.
Desde que la conozco poco a poco fui descubriendo cosas de ella que en verdad me atrajeron: le gusta el futbol, es hincha acérrima del Sport Boys del Callao. Se podría decir que nació con la gloriosa camiseta rosada en la piel, por eso en la Facu le decíamos cariñosamente Rosadita, claro que ahora este apelativo cambio a Rosada. Lo otro que me causo admiración y en parte felicidad, es que ella vive a una cuadra de mi casa en Bellavista. Lo raro es que nunca nos hemos cruzado. Sera que a veces, la vida nos hace andar por caminos distintos que al final terminan coincidiendo en algún momento.
Camila tiene un carácter de pata, de causa, de amigo, es cierto. No me refiero a que sea lesbiana, sino a que tiene su barrio, su corazón de callejera, suelta sus ajos y cebollas de lo más normal, te encara, te jode, te hace reír. Pero nunca te metas con su equipo porque puedes “perder” bien feo. Un día lunes saliendo de una aburridísima clase de finanzas, yo y mis patas sabíamos, mismo diccionario todo lo que se pueda saber de futbol peruano y resultados del campeonato. El domingo, la “Misilera” (como se le conoce al Boys) jugó contra Juan Aurich en Chiclayo, y perdió 4-1. Mi tío, otro hincha acérrimo, estuvo toda esa semana colérico sin querer hablar con nadie, mientras que en la Facu a mi amigo el Gordo se le ocurrió aprovechar la situación y decirle (creo que sin mala intención) a Camila que su Boys había salido goleado el día anterior. Rosada le mentó la madre a viva voz y a nosotros nos hizo estallar de risa y al Gordo lo dejo mas cachetón de la impresión que le causo esa reacción “agresiva”.
Ella es blancona, sus ojos oscuros y vivos, sus dientes de conejo (de ahí que Francisco la denomino Coneja), su perfecta silueta y su pelo largo y que puede tomar mil y una formas. Cuando lo tiene suelto parece como la serpentina de los cumples de niños y cuando lo convierte a lacio, vaya que me quedo con la boca abierta y sin decir palabra porque le queda muy bien.
Este ciclo, un punto bueno fue el haber hablado con ella un poco mas, el que ella me haya devuelto la timidez cómplice de un gusto, una atracción…En clases nos molestaban, nos involucraban, a veces ella me defendía pero al sentirse presionada quizás de broma quizás en serio no quería que la involucren conmigo. A mí no me importo. Quien no quisiera estar con una flaca como ella.
En las reus con los patas, aliados eternos y que cuando estás en una mesa del Elos con ellos y con dos o tres chelas se vuelven filósofos del amor, me dicen que no tengo oportunidad con ella, porque ella quizás por ahora no quiera tener nada serio (ella lo admitió también), y porque también yo soy hincha a muerte del Sporting Cristal y como Alianza y la U hay una rivalidad no en grande con el Boys pero si es cierto que no se pasan. No creo que ella lo vea por ese lado.
La verdad es que si me diera alguna chance, me sentiría feliz de estar con una chica que no se asquea o pone su cara de disgusto porque uno suelte una lisura o porque me guste el futbol a muerte. Ambos somos impacientes y creo que eso nos haría mejorar si estuviéramos juntos. Que tengamos algo en común es un buen comienzo. Quizás este verano y me anime a hacer algo mas, como dicen los comentaristas de futbol “Atrévete”…
Aunque por ahora, en la inmensidad de mi soledad, navego sin rumbo en el mar de la utópica idea de estar con ella. Solo hay que tener fe.
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