Jennifer hubiese sido quizás mi mayor Alegria en este año pero no fue así. Fue un trago amargo, una ilusión rota, una vuelta de nuevo al mundo donde crees que estas volviendo a recuperar ciertas cosas que creías perdidas, pero cuando te das cuenta de que nada es como lo pintan, caes en la mas profunda frustración y desearías no ver a esa persona nunca mas.
A “Jenni” la conocí en esos trabajos temporales que la universidad promueve: las encuestas de docentes. Al principio todo fue normal, una amistad mas que surgía como todas las demás que surgieron en ese grupo tan humano y tan chambero. Claro, porque por cada encuesta bien hecha te daban 8 soles y si realizabas las 30 que eran el máximo podías ganar 240 soles contantes y sonantes, cifra que, a pesar de ser mínima, a cualquier estudiante que aun no está trabajando ni haciendo prácticas pre le convendría ganar como ingreso extra.
El asunto fue que al final de ese”job”, Jennifer me dijo que necesitaría ayuda mas adelante cuando pase a Facultad porque le iban a tocar ciertos cursos contables y que, dado que yo estudio “Conta” podría ayudarla.
Al aceptar, lo hice sin pensar en las consecuencias…
Ella está en Gestión (antiguamente Administración), facultad que desconocía y que al principio solo iba porque quería revisar mi correo en los laboratorios de “H” como se le identifica. Luego, la frecuente más…por ella claro. Primero nos reuníamos en la Cafetería Central donde al principio ayudaba a una amiga suya, pero luego la ayuda se hizo “personal”. Cuando llegaron los parciales, sabía que no iba a tener tiempo para ayudarla, ni ella menos. Pero luego de dar mi último examen ese viernes 7 de mayo (me acuerdo bien la fecha), previamente habíamos quedado para estudiar. Primero en la Cafetería de Arte, que estaba mas cerca a mi “Facu”, para terminar en el 2do piso de la Biblioteca hasta las 10 de la noche, con un sueño tremendo pero con algo inesperado…un beso entre ambos que se dio así de la nada, tal vez atracción tal vez el mismo sueño que te motiva a hacer cosas que no pensaste hacer.
Después de eso, estaba confundido…podía ser un ”agarre” (como dicen mis amigos a un beso no de enamorados sino de amigos) o quizá el inicio a algo mas que una simple amistad(lo que no debí creer), pero impulsado por esa muestra que me hizo estar mas animado, con mas fuerza, con el pensamiento puesto en ella, decidí que si salíamos a pasear, o al cine, o a divertirnos un rato, pues tal vez ese beso amical se podría convertir en algo mas…en una relación.
Pero no fue así, quizás el sentirme tan bien por eso y el cariño que se manifestaba en besos y abrazos, además de mi gusto hacia ella y por supuesto, las llamadas, mensajes y correos, no dio lugar a que dejemos claro de una vez que éramos…si simples amigos que se besan o una pareja sin habernos dicho nada.
Y se lo dije…porque yo voy a lo serio y me gusta arriesgar, para mí los vacilones quedaron en la época de colegio y me es imposible retomarlos. Ella me respondió que le gustaba pero que no quería tener una relación por el momento.
Entonces sucedió lo inevitable, como un castillo de naipes todo lo que sentía se “derrumbo” y me costó mucho volver a mi tranquilidad, que se había visto alterada por tratar de sentir lo inexplicable: que es el amor.
No le he dicho la magnitud del daño que mi hizo con su rechazo, mas otras acciones de ella que hicieron que la olvidara mas rápido y que ahora, en el fondo siento el mas fuerte de los rencores. Y se lo hice saber cuándo una vez nos vimos después de su cumpleaños y le mostré mi fastidio no solo al sacarme de clases, sino para pedirme su regalo que le había prometido darle. Eso si me saco de mis casillas y aunque mi arranque de furia fue mas por lo anterior, eso me sirvió de “puente” para mostrarle mi amargura por lo que había sucedido antes. En pocas palabras quise decirle: “tu rechazo me duele, me causaste un daño enorme y no te diste cuenta de eso”. Al final ella me dijo: “Me has hecho sentir mal” y eso para mí fue suficiente para estar tranquilo sabiendo que, de manera indirecta, le devolvía el “golpe” que me dio.
Jennifer la verdad es que en el fondo ya no quiero que me saludes por el Messenger ni nada de nada. No quiero saber de ti ya más. Te tengo un rencor tremendo por no valorar todo lo que hice para demostrarte que me gustabas y al final llegue a quererte. Pero tú no te diste cuenta y solo me dijiste que no y crees que era como un problema entre amigos, que se soluciona así de fácil. Pues no es así. Ojala que algún día te des cuenta y que cuando te enamores de verdad, el interés no sea tu prioridad, porque el cariño no se gana con un préstamo para ir a una fiesta o a un cine, se gana cuando así no tengas ni un cobre en el bolsillo eres capaz de estar con la persona porque tienes lo que nunca se va a comprar con dinero: el cariño sincero. Tampoco te deseo el mal, pero ojala y te moderes y dejes de poner sobrenombres monces que ni a mí me daban risa, solo lo me reia por cortesía. Y que dejes de ser tan paranoica, mucho café al parecer.
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